20 Jun 2010

Reconstruir desde cero

"Está en la edad del porqué". Esa es la frase que escuché durante toda mi infancia, en especial cuando pretendía con cinco años entender el mecanismo interno del motor del Fiat 147 de mi viejo. Todos en algún momento de nuestra infancia nos hacemos conscientes de la realidad y empezamos a querer conocerla, entonces surge la pregunta ¿por qué?. Pero llega un punto en que dejamos de preguntarnos el porqué de las cosas y comenzamos a aceptar la realidad tal y cómo es. Comenzamos a acostumbrarnos, a naturalizar. Ver a un hombre durmiendo en la calle puede ser sorprendente para un niño de cuatro años, pero no lo es para un adulto, para éste, ya es natural

Es más fácil para el occidental medio preguntarse por qué algunos indígenas del amazonas están obligados a entregar a sus futuras esposas a toda la tribu antes de casarse; que preguntarse por qué tocamos bocina en un embotellamiento (lo cual, lógicamente, no tiene ningún efecto en la velocidad del tránsito).

¿Por qué tantas cosas se perpetúan indefinidamente sin nunca ser cuestionadas? No sólo cosas básicas e intrascendentes como tocar bocina en un embotellamiento sino cosas más trascendentes como por qué en una "Sociedad" (del latín Socius: amigo, aliado) surge un enfrentamiento entre las voluntades individuales y el bien común.
A lo largo de las semanas iré planteando preguntas de este tipo.

Augusto.