5 Jan 2011

Deshumanización


Los seres humanos, como mecanismo de aprendizaje, generamos símbolos. Un símbolo es una entidad agrupada con varias propiedades características, por ejemplo, una casa. Si bien la casa en realidad es un conjunto de miles de elementos (pilares, paredes, cañerías, cableados, etc) nosotros lo identificamos como un único ente (“me compré un nuevo conjunto de pilares, paredes, cañerías, cableados [...]” es una idea bastante más compleja que “me compré una casa”).
Un efecto secundario de este proceso de “simbolización” es la pérdida de esos detalles: ¿Cuando fue la última vez que te preguntaste cómo se compone la pared de tu casa para aislar el frío? ¿O cómo llega la conexión desde la líne de distribución hasta tu enchufe? Por decir ejemplos.

Pasando al caso de interés, lo mismo (naturalmente) ocurre con los entes abstractos, y en especial, las Corporaciones (entiendase: el estado, la iglesia, los sindicatos y las empresas, no solamente estas últimas) Muchas veces perdemos de vista el hecho de que, en realidad, todas esas cosas están constituidas por seres humanos, seres humanos con deseos, ambiciones... Ambiciones no sólo por dinero y poder, sino por felicidad, auténtica y verdadera felicidad (o acaso no es lo que todos buscamos?) ¿Cuando fue la última vez que te preguntaste que sentía el gerente de tal o cual empresa al tomar una cierta decisión? ¿O lo que siente el jefe sindical al acaparar el poder pasando por encima de los trabajadores que jura defender? Tendemos a obviar estos detalles, como si fueran menores.
En nuestras vidas, ¿Por que hacemos las cosas?¿Porque son más rentables o porque nos gustan?
Cuando queramos hecharle la culpa a algun ente maligno de poder económico recordemos que está formado por personas iguales a nosotros, cuyo verdadero error reside en creer que el poder los va a hacer felices, y necesitan buscar más y más.
Que simple que es el mundo en realidad, ¿no?

No comments:

Post a Comment